El lugar se descubrió tras el rastreo de una bodega ubicada en el barrio Martha Bucaram de Roldós, que servía como centro de distribución. Según investigaciones policiales, este laboratorio elaboraba y distribuía más de cinco tipos de licores falsificados en bares, discotecas y tiendas en el sur de la ciudad, además de comercializarlos mediante redes sociales y WhatsApp.
En el operativo, la AMC retuvo más de dos mil litros de alcohol adulterado, 600 botellas llenas, cinco tanques y galones utilizados en la destilación, decenas de sellos y etiquetas falsificadas, así como botellas recicladas listas para su distribución, las cuales serán destruidas.
Yesenia Cabezas, líder zonal de la AMC en Quitumbe, detalló que el proceso incluía la recolección de botellas y tapas vacías de las calles y basureros de la ciudad, que luego eran lavadas y llenas con alcohol etílico tratado químicamente. Estas botellas eran selladas y etiquetadas con marcas, sellos de seguridad y registros sanitarios falsos para ser vendidas en precios que oscilaban entre cinco y cien dólares.
El propietario del establecimiento se enfrentará a una multa de hasta 3.680 dólares por no contar con los permisos municipales de funcionamiento. Además, dos personas fueron detenidas y podrían enfrentar cargos por organización criminal, falsificación y atentar contra la salud pública al producir y comercializar licor adulterado.
El consumo de alcohol adulterado representa un riesgo severo para la salud, ya que su apariencia, color, olor y sabor se asemejan al metanol, una sustancia que en altas dosis puede causar alteraciones de la conciencia, disminución de la presión arterial, taquicardia, coma. e incluso insuficiencia respiratoria.
La AMC, en coordinación con otras instituciones, realiza controles sobre la producción, distribución y venta de bebidas alcohólicas en el Distrito Metropolitano de Quito, procurando la seguridad y bienestar de los quiteños, especialmente durante las festividades cuando se incrementa el consumo de alcohol.