Ubicado entre las calles Gran Colombia y Tarqui, el hostal era frecuentado por estudiantes de ciencias de la salud, médicos e internos de un hospital cercano, quienes concurrían al lugar para consumir grandes cantidades de alcohol y participar en fiestas clandestinas hasta altas horas de la madrugada, perturbando la tranquilidad del barrio con música a alto volumen, peleas y personas en estado etílico en las calles aledañas.
Los vecinos denunciaron no solo el ruido y el caos generado por estas actividades, sino también la acumulación de desechos, lo que propició la proliferación de plagas como roedores y cucarachas en el sector.
Mishelle Proaño, líder zonal de la AMC, señaló que durante la intervención se descubrieron habitaciones en pésimas condiciones de higiene, con colchones deteriorados, sábanas sucias y baños en estado insalubre. Además, los alimentos almacenados en la cocina del hostal no cumplían con las normas básicas de salubridad, agravando aún más la situación.
El propietario del establecimiento enfrentará un procedimiento de sanción por operar sin los permisos necesarios, lo que podría acarrear una multa de hasta 1.840 dólares.
Además, se verificó que el local incumplía el Plan de Uso y Gestión del Suelo (PUGS), cuyo artículo 130 prohíbe el funcionamiento de bares y discotecas a menos de 200 metros de instituciones educativas.