Productos de mar en mal estado, sin protección al ambiente y en condiciones inadecuadas de almacenamiento y refrigeración, resultando en una contaminación cruzada, eran manipulados por el personal que reutilizaba el aceite comestible, laborando en un local con deficiente higiene, sin trampas de aceite y mal manejo de los desechos.
Además de verificar que la cocina estaba sucia, se encontró platos con comida a la intemperie, ollas en mal estado y recipientes con agua residual de varios días, con posible presencia de bacterias.
Erika Aguirre, instructora de la AMC, recordó a la ciudadanía que la medida cautelar de clausura para este tipo de establecimientos es para precautelar la salud de la población mientras el propietario culmina el procedimiento de sanción, por el cual podría enfrentar una multa de hasta 1.840 dólares.
Con estas inspecciones, la AMC busca verificar que los establecimientos comerciales de alimentos cuenten con los permisos correspondientes o hagan un correcto uso de los mismos, y recuerda a la ciudadanía la importancia de consumir alimentos en establecimientos que cumplan con las normativas técnicas y de salud.