En lo que aparentaba ser solo un edifico residencial, en el subsuelo, se encontró a más de 150 gallos y un recinto con infraestructura completa, con palenque, graderíos y un reloj suspendido de estructura metálica para medir el tiempo en las peleas.
Carol Villagómez, auxiliar de operativos de AMC, comentó que “Se inició el procedimiento de sanción al dueño del establecimiento y se desalojó a todos los asistentes, quienes además se encontraban ingiriendo bebidas alcohólicas en el lugar”.
Según el Código Municipal, en el Distrito Metropolitano de Quito está prohibido realizar peleas de gallos y la persona que organice, promocione, asista, participe o apueste en peleas entre animales, podría enfrentar una multa de 4.600 dólares.
En las peleas de gallos, estos animales son forzados a luchar hasta que uno de ellos resulta gravemente herido o muere. Desde temprana edad, los gallos son sometidos a un régimen riguroso de entrenamiento que incluye aislamiento, reducción de alimentos para mantenerlos agresivos y, en algunos casos, mutilación de crestas y espolones. Este proceso de preparación tiene como objetivo hacerlos más fuertes y agresivos para enfrentarse en los combates.
En lo que va del 2024, se ha clausurado otros cuatro establecimientos clandestinos dedicados a esta actividad ilegal, como parte de operativos y respuestas a denuncias ciudadanas.