Ambos establecimientos se encontraban cerca de centros educativos en los sectores de Tumbaco y Pomasqui.
Tras trabajos de inteligencia de varias semanas, comprobaron que una casa funcionaba como un club nocturno clandestino, en el sector de Tumbaco.
Según denuncias ciudadanas, el sitio no solo era frecuentado por adultos, sino que también por menores de edad, la mayor parte estudiantes de un colegio cercano al lugar.
Los uniformados no pudieron constatar la presencia de adolescentes al momento de la intervención, pero sí que varias de las mujeres que trabajaban en el lugar eran extranjeras que se encontraban en el país en condición migratoria irregular.
En cuanto al bar clandestino de Pomasqui, se verificó que el espacio estaba destinado para que los jóvenes (la mayoría universitarios) consuman bebidas alcohólicas y jueguen billar.
El Plan de Uso y Gestión del Suelo (PUGS), en el artículo 130, prohíbe la construcción y funcionamiento de bares, discotecas y centros de diversión a menos de 200 metros de las diferentes instituciones educativas, como es el caso de colegios, institutos, universidades, entre otros.
Código Municipal
Según el artículo 1947, los establecimientos que realicen actividades económicas sin contar con los permisos municipales y que pertenezcan a la categoría III podrían llegar a pagar una multa de nueve a quince remuneraciones básicas, o sea de 4.140 a 6.900 dólares.