Estos resultados evidencian condiciones deficientes de higiene durante la preparación, manipulación y almacenamiento de los alimentos, lo cual representa un riesgo grave para la salud pública. Las consecuencias pueden incluir desde problemas estomacales y de digestión hasta enfermedades más serias como tifoidea, e incluso, en casos extremos, la hospitalización si la infección se propaga al torrente sanguíneo.
Entre los alimentos que se encontraron en mal estado se incluyen carnes de res, pollo y cerdo tanto crudascomo cocidas, mayonesa, embutidos, donas y chaulafán.
Una de las formas de prevenir situaciones similares es que los comerciantes autónomos que operan en las calles de la capital se regularicen mediante la obtención del Permiso Único de Comercio Autónomo (PUCA). Este proceso no solo regulariza su actividad económica, sino que también asegura que recibirán capacitación en manipulación de alimentos y en buenas prácticas sanitarias. Además, incluye un seguimiento posterior, así como acceso a cursos y asesoría gratuita por parte de la Secretaría de Salud.
La AMC tiene previsto continuar con labores de control de este tipo, incluyendo verificación de fechas de caducidad y procedencia de la mercadería, en todos los tipos de alimentos que se comercializan en la ciudad, como parte de su compromiso con la salud y el bienestar de los habitantes de la ciudad.