De acuerdo a la Ordenanza Metropolitana 010, el uso de mascarilla es obligatorio y el incumplimiento a esta disposición genera una sanción de 100 dólares; sin embargo, los administrados pueden acogerse al trabajo comunitario para saldar sus obligaciones con la ciudad.

Por otro lado, el viernes 15 de enero, se encontró una cancha deportiva con aproximadamente 100 personas que irrespetaban el distanciamiento y los protocolos de bioseguridad; además, se clausuró un establecimiento comercial al interior de la cancha, que no contaba con los permisos de funcionamiento.

En días posteriores, se clausuraron 2 fiestas clandestinas en el sector de La Biloxi y La Foch, donde 60 y 80 personas respectivamente, se encontraban aglomeradas sin respetar las medidas de bioseguridad. Así también, la cantidad de sancionados por libar en el espacio público aumentó en un 45% respecto a la semana anterior, con 26 actos de inicio levantados.

“Seamos empáticos con la salud de los que están a nuestro alrededor; respetemos las disposiciones y seamos responsables con nuestros actos. La corresponsabilidad ciudadana nos permitirá salvar vidas” afirmó Gabriela Obando, supervisora metropolitana de Control.

Los controles seguirán realizándose con toda transparencia y rigurosidad porque para la AMC, la salud de los quiteños y quiteñas es la prioridad.